Pesadilla en el instituto. Capítulo 2

Martes 10 de enero
 
Querido diario:
 Hoy ha sido un día raro... No solo porque Alma nos ha contado una pesadilla que ha tenido, que me ha puesto los pelos de punta, sino que también el conserje ha intentado asustarnos contándonos que todos los chicos de una clase han tenido el mismo sueño. Cada día esta peor de la cabeza... Quitando esto, ha sido un día normal. Muchos deberes de mates, una redacción de Lengua y los críos de clase tan pesados como siempre. Que imbéciles son los chicos de hoy en día. Esperemos que mañana vaya todo mejor.






Miércoles 11 de enero


Querido diario: 


Me muero... Nadie lo ha visto pero yo sí. Alma... Alma... ha... muerto... Sigo sin poder creerlo...
Volvió a clase y todo se derrumbó. Allí delante de mis narices... Pero no es posible. Alma... Se ha ido... No voy a volver a verla... Esto no cabe en mi alma. Mi amiga ya no está... No hay palabras para describir este sentimiento de culpabilidad, de haber podido salvarla, aunque fuera gritar... Me siento mal y me duele el corazón... Solo sé que esta noche no voy a dormir y de eso estoy segura. Este recuerdo me persigue. Puede que estas sean las últimas líneas que escriba... Solo espero que alguien la recuerde como lo haré yo, porque de esa manera, ella seguirá viva... Alma seguirá riéndose conmigo, hablando, saltando y podré sentir que está conmigo...

Querido diario, se acabó todo. Voy a guardarte y tal vez alguien conozca su historia algún día.
 

Hasta siempre...

Por María Albert


DIARIO DE ADRIÁN

Martes, 10 de enero

¡¡¡PUFFFF!!! ¡Qué asco!!! Acabo de cenar lentejas ¡por tercera vez esta semana!
Odio cuando mi madre se pone idiota. Es insoportable. Pero, ¿tú crees que me castiga siempre a cenar lentejas, con lo que las odio?
Mejor lo dejo, porque me está volviendo ese regustillo asqueroso y me dan arcadas.
Bueno. Pues aquí estamos. Es martes, las once y media y aquí estoy escribiendo esta mierda. Lo siento, pero el encargo era hacer un diario personal, señor Gozález, (mi psicólogo); así que tendrá que tragarse mi vocabulario soez. Jejejeje. Aquí escribo lo que me da la gana.
Procedo a contar lo de esta mañana. Bueno, lo resumo, que tengo muchísimo sueño y mañana hay partido. Resulta que hemos dado mates, religión y luego, refuerzo de Lengua. Recreo y Sociales. Y bueno, luego me he largado: ya estaba cansado.
Por destacar algo, ya que usted luego se queja, le contaré que en el repaso de Lengua, la Barby se ha dedicado a contarnos su vida. Y todo por los sueños de loca de Alma, que también Alma está como una cabra. Luego me ha amenzado con un parte. ¡Pero qué sabrá la Barby! ¡Mira qué tonto, Tomás. Se ha inventado que yo le he tirado bolas de papel con la carcasa del boli!  Y claro, me la cargo, con lo que ya tengo encima. Mañana lo voy a tumbar a palos… ¡Será estúpido, el tío!
Quiero decir que mañana hablaré con él sobre lo que ha pasado, tranquilamente, sin discusiones, con buenos modos, sin violencia, todo con una sonrisa… No se asuste, señor Gozález.
Bueno. Me voy a dormir, que no tengo deberes que hacer, ¿o sí? No me he enterado.  Y a la porra. Pero no. No hay que hacer nada de nada, que se ha pasado la hora con esos rollos de los fantasmas.

Silvia Domínguez


DIARIO DE SORAYA


Martes, 10 de enero

(En clase)
Aquí estoy, en clase, otra vez oyendo a Alma contar sus paranoias. Desde luego, no hay mejor hora que la de refuerzo en Lengua para poder contarte mi vida, querido diario.
Al parecer, esta Alma está más loca… Se ha inventado una historia sobre una niña que se le ha aparecido. ¡Bah! Seguro que son tonterías.


(Por la noche, en casa)
Otro día aburrido, lleno de deberes. Me parece un asco que esa estúpida profesora de Lengua nos haya mandado de nuevo una redacción. ¡UF! Cómo la odio, y encima Tomás se ha reído de mí cuando contaba lo de la chica de la curva. Precisamente Tomás, que parecía que le gustaba, que todo iba tan bien. Si se juntan tres o cuatro, ya son otros. ¡No los aguanto!
Pues ya no sé qué hacer: no sé si iré a la fiesta de cumpleaños de Tomás, o dejarlo plantado. Jo, y le he comprado esa armónica que quería, tan cara, todos mis ahorros. Y él va y se ríe de mí porque cuento lo de la curva. Es una historia verdadera. La han visto cientos de personas en mi pueblo. Me deja en ridículo… Él, precisamente, él.
Pues nada. Me toca irme a dormir, y no he hecho la maldita redacción. Mañana seguro que me  pregunta… ¡Bah!
¡Buenas noches!



Miércoles, 11 de enero
(En clase)
¡Menudo asco! Esta noche no he dormido nada nos las dichosas historias; mi madre se ha enfadado conmigo porque me he puesto una camiseta de verano y estamos en invierno. ¡Qué más le dará! Si ella no es la que pasa frío, y yo no lo paso… ¡AGGGG! Nos han puesto tres exámenes para mañana, y estoy segura de que la profe me va a preguntar de un momento a otro.
¡¡¡TOCA el TIMBRE!!!!
Un simulacro, lo que me faltaba hoy… Pero tenemos que salir y me quitan este
cuarder




Martes, 10 de enero

Querido diario: hoy me he levantado un poco cansado. He tenido un sueño un tanto extraño aunque no lo recuerdo bien.
La profesora de Lengua ha estado explicando algo muy insólito. Tampoco es que haya estado muy atento, así que…
Bueno.
Hoy ha habido un follón en la clase con el caso de un diario.
El conserje estaba pálido y sudoroso cuando hemos hablado con él, y eso que siempre está contento y divertido. Ha dicho que toda una clase ha soñado lo mismo. ¡Qué tontería! Ni que existieran los fenómenos paranormales. Hay que admitir que los de la otra clase tienen imaginación. Han dicho que hay una niña fantasma por ahí, por los pasillos del laboratorio. ¡Ni que hubiera una niña de la curva! O algo así, que nos intente decir un mensaje.
Adrián ha estado toda la hora tirando bolas de papel con el Boli, y cuando le han pillado, ha ido a suplicarle a la profesora que no llame a sus padres.
¡Patético! (Parecía un cachorro que se ha meado en el sofá).


Miércoles, 11 de enero
Querido diario: hoy me he vuelto a levantar cansado.
¡Está sonando la sirena, aunque no es la hora de salir!
¿Qué estará pasando? La profesora dice que hay fuego ¡FUEGO!!!!

Por Javier Castelló


Martes 10 de enero:
(Al levantarme)

Hoy me he levantado algo aturdido:  tener que volver a clase se me hace agotador, contando con que he pasado todas las vacaciones de navidad en la playa, despertándome cuando me pareciese e inflándome a comida basura.  Posiblemente hayan sido las mejores navidades de toda mi corta vida...
En resumen, tengo que pasar de vivir como un dios a mi dichosa rutina como estudiante del IES Dos Mares.

Por lo menos tengo el consuelo de poder burlarme de las chicas de mi clase por cualquier estupidez. Es el único entretenimiento que merece la pena, hasta cierto punto.
Es el segundo día que voy a ir al instituto después de las vacaciones y aun así me sigue deprimiendo el recuerdo de las olas del mar que he estado escuchando durante todas las vacaciones. Pero es que, además, el resto de mis compañeros  están mal de la cabeza; solo piensan en películas de terror y en leyendas que se van inventándose continuamente.


Por la noche: 

Durante la clase de refuerzo de Lengua a Alma, una de mis compañeras, se le ha ocurrido contarle a la profesora un sueño tan raro y tan macabro que creo que le ha producido un trauma casi general. Tanto  mi amigo Joaquín  como yo no pudimos hacer otra cosa que reírnos hasta que nos saltaron las lagrimas por la estupidez de nuestras compañeras y las caras de susto de los demás... 
- Pedro, te voy a sentar al otro lado de la clase, lejos de Joaquín - me dijo la profe, que tiene paciencia de santa. 

¡Lo que me faltaba! 

Cuando estaba a punto de terminar la ultima hora de clase, todos comentábamos excitados una historia de brujas que se le ha ocurrido contarnos al conserje. Es que nuestro conserje es un poco raro... Hasta ese punto todo normal, porque estamos acostumbrados a sus ocurrencias y sus historietas, que yo creo que quiere asustarnos para que nos portemos bien. Lo malo es que no se mostraba tan animado como de costumbre, ni sonreía; hasta tal punto se apreciaba su mal estado que he  empezado a creerme esas chorradas que dicen por aquí, aunque luego he llegado a la conclusión de que eran los nervios.  Y encima ahora tengo que enfrentarme a lo que nos ha pedido la profesora: una historia de miedo. 
¡Para miedos estoy ahora, que oigo ruidos extraños y que veo la cara del conserje en las sombras de la pared de mi cuarto! 
Mañana será otro día, que ahora no tengo ganas de escribir más.
- Mamá, esta pared hay que pintarla...


( Por María Martínez Lax- 2º ESO)



Martes, 10 enero
Querido diario:
Hoy en  clase de refuerzo de lengua la profesora nos ha pedido que le contemos una historia. Cada uno pensaba en una cosa, por ejemplo Soraya pensaba en una chica de su pueblo que aparecía en una curva. Pero es que la chica estaba muerta, y aparecía para prevenir accidentes. Y así, historias como estas, de muertos y aparecidos, contaban todos los demás.
¿No hay otros temas en el mundo?
Hoy en el recreo hemos hablado con nuestro simpático conserje, Carlos. Hoy no paraba de decir: ‘Algo está pasando”, solo repetía esta frase; por alguna razón, tenía miedo. Se le notaba en los ojos y en la boca desencajada.
Cuando volvimos a clase, me dio por darle vueltas a lo que el conserje nos había dicho, y no era el único que empezaba a obsesionarse: Belinda  no paraba de preguntarme: Samuel, anda, dime,  ¿por qué el conserje habrá dicho eso? Tú, ¿qué crees?
¿Nos querrá asustar el bueno de Carlos?
Cuando volví a casa me puse a pensar en qué podía escribir mientras merendaba. La profe nos ha mandado redactar una historia… Y claro, me acordé  del conserje… ¿Habría tenido algo que ver con la chica del sueño, esa chica que había estado en el sueño de toda una clase de bachillerato? Empecé a imaginar que tal vez el conserje la habría raptado, asesinado o algo así… Lo iba a hacer protagonista de mi cuento, pero
¡Eso no puede ser, Samuel, que es Carlos!, me dije; ¡el conserje! ¿Cómo puedo haber pensado en eso?
Cuando terminé todos los deberes excepto la maldita historia de Lengua pensé otra vez sobre qué podría escribir. De pronto me acordé de la historia que había empezado en clase, la del barco fantasma que iba por todo el mundo y que iba raptando a toda persona que estuviese en el mar en ese momento y sólo les dejaban pisar tierra una vez cada 10 años. 

Y me puse a escribirla… Pero todo lo que escribía tenía relación con Carlos.  Al capitán del barco le puse ese nombre, Carlos. Todas las crueldades las hacía Carlos; maltrataba a sus marineros, insultaba a su mujer, asesinaba al que se oponía a su opinión…
CARLOS, CARLOS, CARLOS, CARLOS
Y este ha sido el día de hoy, querido diario.
Mañana te seguiré contando.


Martes, 10 de enero

Querido diario:
Ahora estoy en clase. Todo el mundo está discutiendo y mientras las voces van de un lado a otro retumbando en las paredes, yo necesito contarle a alguien todo lo que bulle en mi cabeza.
Creo que me estoy volviendo majaré.
Y no sólo yo, Sarita, Sara, Sarajé… Parece que todos están poseídos. En mi clase ha pasado algo muy extraño. Todas las chicas hemos soñado lo mismo (y creo que también en otra clase de bachillerato): una niña rubia que nos pedía que escribiésemos su historia. Pero…
¿Cómo quiere que escriba su historia si ni siquiera sé quién es?

Lo más extraño es que, aparte de verla en sueños, me parece ver su reflejo en cualquier rayo de luz, pero cuando miro mejor, no hay nadie.
Tengo una sensación muy extraña… Como que falta poco para que todo termine. No me refiero a todos mis problemas, no; sino a absolutamente todo.
Un enorme vacío ocupa mi estómago y me duele la cabeza.
¿Y si es verdad esta sensación que tengo?
¿Y si todo acaba aquí y ahora?
Me hace plantearme algunas cosas.
Desde luego me estoy volviendo majaré.
¡MAJARÉ!

Una de mis mejores amigas, Alma, también está especialmente rara. No sé si contarle esta sensación que tengo; tampoco quiero asustarla.
En este maldito pueblo siempre han pasado cosas muy extrañas. Mi padre me contó una historia un tanto peculiar, de una amiga suya que desaparecía de vez en cuando y cada vez que lo hacía, al volver, tenía una nueva raja en el brazo. Un día apareció desangrada en la bañera, llena de cortes en la piel.

Me pongo a temblar sólo de pensarlo.
Bueno. Está sonando el timbre. Ya seguiré contando todas mis paranoias, que no he terminado…




GRAN INCENDIO EN UN INSTITUTO
Mueren treinta niños y una profesora


Claudia M. – Murcia.
Ayer, en el IES “Dos Mares” de San Pedro del Pinatar (Murcia) tuvo lugar un pavoroso incendio que provocó la muerte de treinta niños y de una profesora. Todos ellos estaban en un aula al final de un pasillo, en el sótano del centro. Y aunque los mecanismos de seguridad funcionaron perfectamente y los bomberos tardaron menos de quince minutos en actuar, la clase de 1º C de ESO no pudo ser evacuada a tiempo.
Sobre las diez de la mañana un fuerte olor a gas se notó en las aulas, según han contado varios alumnos. La dirección del centro puso en alerta al profesorado y saltaron las sirenas. Casi todos, incluso los vecinos de alrededor, pensaron que era un ejercicio de evacuación, como otras tantas veces habían ensayado, Pero esta vez, el peligro era real y no una simulación. Más de quinientos alumnos y sesenta y tres profesores salieron en orden, pero una clase que se impartía en los sótanos, quedó misteriosamente atrapada.
Todo el pueblo está de luto y sobrecogido ante esta tragedia. Se están organizando numerosos actos de condolencia y se espera que el Presidente del estado y varios ministros acudan al funeral.

Por otra parte, testimonios de alumnos y profesores ratifican que una serie de hechos extraños se produjeron dos días antes del incendio. El Ayuntamiento ha puesto ha disposición de padres, alumnos y del personal docente, un equipo de psicólogos, coordinados por el Dr. Faustino González. Se están investigando las posibles causas, y aunque todo apunta hacia un escape de gas de la calefacción, a la policía le ha sorprendido encontrar la puerta del aula número 13 bloqueada, y restos de gasolina en el pasillo. También los aullidos que se perciben si se guarda silencio.
Las clases quedan suspendidas durante una semana, y se espera que en ese tiempo, se hayan aclarado las causas de este tremendo suceso y se hayan reparado los desperfectos.


Yo, Don Carlos Perdido Malo, mayor de edad, conserje del IES “Dos Mares”,
DECLARO:
Que deseaba librarme de esa tormentosa aparición que cada día me hacía gritar de horror.
Pensé en marcharme, en alejarme de esta pesadilla que angustiaba mis días y mis noches, y cuyo origen no me era ajeno, en absoluto, como ahora explicaré.
Esa niña, Alma, estaba en contacto de alguna forma con Elisa, la chica muerta que vagaba por los pasillos del instituto. Se le aparecía en sueños y le pedía con el fervor ardiente de un tétrico fantasma que contara su historia. Pero nadie mejor que yo conoce lo que pasó realmente con Elisa.
Pues yo mismo la maté.
Era una alumna de diecisiete años, bella y delicada. Sentía por ella una pasión obsesiva, como un paranoico. La amaba, la deseaba, la quería sólo para mí.
Un día de primavera de hace más de veinte años sentí la imperiosa necesidad de tenerla. Una fuerza maligna me hacía actuar sin piedad. La rapté y me la llevé a mi casa, con la intención de explicarle mi pasión. Quería que me amase, que se enamorase de mí, que viera cuánto la deseaba. Ella era mi amor, mi único amor…
Su desaparición se relacionó con un grupo de cantantes que actuaban por esos días en San Javier. Reclutaban jóvenes, y se pensó que ella se habría ido con ellos a América. Un caso más sin resolver.
NO pretendía hacerle daño, esa es la verdad. Pero ella no resistió el encierro y me la encontré una mañana sin vida. Se había suicidado en la bañera. ¡Fue horrible! Murió desangrada por mi culpa, aunque yo nunca la habría matado. Ella era mi vida, mi alegría. Poco a poco me deshice de su cuerpo. Dejé de comer, y renuncié a la felicidad, y pensé en que todo se había acabado para mí. Pero ella se me aparecía cada mañana susurrando:
Vas a pagar por todo lo que hiciste, no descansaré hasta verte vilmente muerto.”
Cada día, lo mismo. Cada día con su muerte atroz en mi conciencia. Notando su aliento en el pasillo del sótano. Y cuando esa Alma empezó a contar su sueño, me vi descubierto. Entonces incendié el instituto, para librarme del espíritu de Elisa y de las habladurías de esa niña, Alma, que seguro que tenía poderes especiales. Atranqué la puerta para que no pudieran salir. Ahora me arrepiento… ¿Me arrepiento tanto! ¡Cómo pude llegar a asesinar a tantos niños inocentes!
Por eso hago esta declaración: para que me encierren de por vida, donde no pueda hacer mal a nadie, que ya he hecho demasiado. No sé si seré un loco, un paranoico, un enamorado empedernido… Soy un asesino confeso.



Capítulo realizado por los alumnos de ESO del Club de Lectura del IES
“Juan Carlos I”.
Mayo, 2012



7 comentarios:

  1. Soy Sara, del Ies Dos Mares, me he entretenido mucho leyendo vuestra historia porque habéis utilizado nuestros nombres verdaderos. El final me ha parecido un poco sangriento, pero me ha gustado mucho!! Lo hemos leido todos en la clase. Un besooooo! ;)

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    1. Soy carlos, y mi madre Alma. Hemos tomado este nombre para el cuento.Nos ha gustado que hayais continuado el cuento. UN SALUDO :)

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  2. Soy Patricia , me ha gustado mucho esta historia porque a mI me encantan las historias de terror . UN BESOOOO:))

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  3. hola soy santiago.También salgo en el cuento, me gusto el final mucho mucho

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  4. hola soy samuel. Estoy en la clase 113 que existe de verdad,espero que os guste un montón, y gracias por vuestra colaboración. :)

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  5. hola soy BORJA de la clase de refuerzo de lengua co ROSA y estoy muy contento por vuestra continuación.GRACIAS

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  6. Hola soy Celia.Me gusta los cuentos de terror .Saludos .

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