Pesadilla en el instituto. 1

 

    Capítulo  i.[1]


                                 Lunes 9 de enero 
           Primer día del año 2012 en el instituto
  
   Querido diario:
   Otra vez las clases.  Se acabaron las vacaciones. De nuevo escribir, calcular, leer,  memorizar  y… ver  a  los amigos, reírnos en las clases, jugar en los recreos.
    La profe de Refuerzo de lengua nos ha mandado pensar en una historia, un relato que vamos a escribir entre todos. En mi clase, como por arte de magia, todos hemos pensado en lo mismo: vagabundos zombis que persiguen a los estudiantes, barcos que van de un lugar a otro del mundo transportando un diablo que se apropia de las almas, niños que regresan de la muerte para asustarnos  por los oscuros pasillos de nuestro centro. La profe  se iba poniendo cada vez más pálida y nos miraba cada vez más asustada.



 La verdad es que es fácil imaginar estas historias en un instituto como el nuestro: las ventanas están desvencijadas y el viento se cuela entre las grietas produciendo un sonido que más parece el aullido de un lobo. La electricidad falla muchas veces y no es la primera vez que nos quedamos a oscuras mientras fuera estallan rayos y truenos. Y además, a nosotros,  los alumnos de Refuerzo de lengua, nos ha tocado  el aula 113, un número  de  sangrientos  recuerdos en un largo y oscuro pasillo.



   Pero, en fin, me toca escribir una narración.  Otra vez los deberes. Qué pesadilla. Y qué sueño.  Las historias me dan vueltas y vueltas  en la cabeza: muertos vivientes, sangre, aullidos, carcajadas tenebrosas… Mañana escribiré la historia. Ahora prefiero ir a dormir.





   Martes 10 de enero
   Querido diario:
   He pasado una noche horrible.
   Varias veces, cuando todo estaba en silencio me ha despertado un susurro que luego se convirtió en una voz lejana, que repetía mi nombre como desde una profunda cueva:
    - Alma, Alma, Almaaa
   Cuando, empapada en sudor me volvía a dormir, siempre veía la misma horrible pesadilla: una niña de pelo negro liso y muy largo estaba de rodillas, y con las manos atadas en nuestra aula 113. Su cara era muy pálida y su voz llorosa repetía: ¡¡Cuenta mi historia,  por favor, cuenta mi historia, por favor…!!



 En el instituto
   Querido diario:
   Aunque tengo poco tiempo, tenía que anotar esto.   Lo que ha pasado en mi centro ha sido algo … algo tan extraño… no sé cómo definirlo. En clase, yo le conté a la profe mi historia, Ella no decía nada, solo abría mucho los ojos y levantaba las cejas.  Juani, una compañera, dijo: ¡Vaya cosa, la niña del exorcista!. Sara añadió: ¡Majaré!,   Joaquín y Pedro se pusieron a reír: ¡Ay, qué miedo, mamá! y acabaron tocando palmas .  Belinda gritó: ¡Callarse!. Soraya contó:  Profe, en el pueblo dicen que hay una mujer que se aparece en una curva. Sí claro, la de la curva, ironizó Tomás,  está en todos los pueblos y en todas las carreteras. Samuel gritó: profe, Santiago me está tirando bolas con el boli. Que yo no soy, desgraciao, le contestó Santiago. Es Adrián, profe, dijo Borja, que yo lo he visto. Tú te callas, intervino Joaquín, entre palmada y palmada. Callarse, volvió a gritar Belinda que contó que a ella le gustaban mucho las historias de terror y que el próximo día iba a escribir una de una niña que se murió en el laboratorio de química y que desde entonces vaga por los pasillos y se aparece a la gente y cambia las cosas de sitio. Majaré, repitió Sara, Pedro volvió a reírse  y dijo que a lo mejor la niña fantasma venía y hacía los exámenes por él y así aprobaba y Adrián se levantó y se acercó a la profe para decirle que él no había sido el que tiró las bolas con el boli y que no llamase a su padre otra vez y Carmen pidió ir al aseo y Samuel dijo que él sabía la historia de un barco maldito que  daba la vuelta al mundo y  en eso tocó el timbre y la profe dijo a gritos que quería una historia por escrito para el próximo día.  Hasta aquí todo normal.
   Lo extraño es que luego, en el recreo, vimos a nuestro conserje, Carlos, con muy mala cara. Cuando nos interesamos por su estado nos dijo:
   -Algo está pasando.
   Estaba ojeroso y le temblaba la voz
  -Algo está pasando, repitió.  Me han dicho que una clase entera ha soñado lo mismo esta noche: una mujer, que al parecer ha venido en un barco, se pasea por el instituto  como un alma en pena.
 Carlos, el bromista, nuestro conserje que siempre está de buen humor, tenía miedo.



[1] Escrito e ilustrado por el grupo de Refuerzo de lengua de 1º de la ESO    (Grupos A, C y D)  del IES Dos Mares de San Pedro del Pinatar. Profesora: Rosa Mª López

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