El Interchange capítulo 3

EL INTERCHANGE
Capítulo III
(1)
Tan asustada estaba, tan ensimismada en sus pensamientos, intentando averiguar la relación que pudiera tener la desaparición y el supuesto asesinato de Steve con el material encontrado, siniestro, que no escuchó unos pasos, vacilantes y silenciosos, acercándose hacia donde ella se encontraba.
De repente, una mano fría se posó sobre el hombro de Raquel.
-          Aaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhh- un grito ahogado surgió de su garganta.      Pensó que la hora de su muerte había llegado.
-          Be quiet, I´m Bryan.
-          Menos mal que eres tú, Bryan.  ¡Vaya susto me he llevado!- respiró aliviada. Pero ¿qué haces tú aquí?- preguntó, cambiando el tono de sorpresa.
-            I was so worried…., but…, what are you doing here?
De nuevo unos pasos, ahora seguros y fuertes, acercándose hasta ellos, interrumpieron la conversación.
-          Have you listened to it? I think we should hide - susurró Bryan.
-          ¿Dónde?, solo hay un armario y …
No les dio tiempo a pensarlo, en unos segundos se habían ocultado dentro. Allí, escucharon el sonido de pisadas de varias personas que entraron en el gimnasio y que, con voces guturales, susurraban palabras apenas ininteligibles. Entonaban una especie de plegaria, de cántico,  en una lengua extraña, apenas reconocible. Raquel solo pudo entender unas palabras que parecían francés, el resto se perdió en el eco del gran gimnasio, no se sabe si por el miedo o porque apenas se distinguían los murmullos de los extraños personajes.


(2)
No lograban comprender todo lo que estaba ocurriendo en la aparente ceremonia de tintes macabros que se estaba celebrando en ese lugar.
Solo pudieron entender algunas palabras del cántico entonado: “ils mortont” “Illuminatti”. En un momento de valor, Bryan se asomó por una de las rendijas del armario y vislumbró, a duras penas, un símbolo que parecía presidir el ritual: una pirámide en cuyo centro se encontraba un ojo, rodeado por dos círculos que lo cerraban.
Acabado el rito, esperaron un tiempo prudencial para salir. No sabían cuánto habían permanecido escondidos. Podrían ser minutos, horas, días. El miedo les hizo perder la noción del tiempo.
Estaban asustados y asustados continuaban durante su vuelta a casa. Cuando por fin llegaron a un parque alejado del instituto, Bryan confesó:
-          He was my brother. The boy who dissapeared and was killed was my eldest brother, Steve.
-          ¿Tu hermano mayor? ¿Estás de broma?- preguntó Raquel.
-           I was looking for evidence. I have been looking for it for a long time. What about you? What´s the reason why you have involved in this matter?
-          Me aburro- y en su rostro se esbozó una sonrisa.
La noche se les había echado encima. Después de la conversación, decidieron volver a casa.
Raquel llegó a su hogar de intercambio pensando aún el “lío en el que se había metido”. Una secta de encapuchados vestidos con túnicas rojas que parecían adorar a un símbolo extrañísimo, palabras amenazantes en lo que parecía una mezcla de francés y latín, desapariciones, asesinatos…. Conmocionada., subió las escaleras para dirigirse a su cuarto, cuando la voz de su madre inglesa le hizo pararse en seco en el primer peldaño.
-          Rachel, where were you? A spanish boy has come to see you. His name is Dani.
-          ¿Dani? ¿Aquí? ¿Dónde está?- preguntó sorprendida.
-           He left more than one hour ago; he went to your school- respondió Melani.

Marcó rápidamente el número de Dani, los nervios le impedían hacerlo de forma correcta. Respiró en profundidad, volvió a marcar y esperó, ansiosa, a que dejaran de sonar los pitidos, eternos: el primero, el segundo, el tercero… Una voz cavernosa respondió, en español, con un extraño acento:
-          Si quieres volver a ver a Daniel, intrusa, tenéis que entregaros Bryan y tú como sacrificio en la ceremonia de los Illuminati. Esta noche, a las 12, en el instituto. Venid solos, si no, tu amigo morirá.
Ahora sí que creía que la hora de su muerte estaba cercana.
(3)
De repente, mientras pensaba en qué debía hacer para salvar a Dani, sonó, de nuevo, su teléfono.
-          Rachel, you won´t believe it. I have looked for information about the symbol we saw. It belongs to a sect called…
-              Illuminati- aseguró Raquel.
-          But? How do you know? Well, it doesn’t matter? There is a lot of information on the Internet.  They are a medieval sect of French origin. They are trying to change the new world order …
-          Nada de eso importa- interrumpió Raquel- tienen a Dani. Los Illuminati tienen a Dani en el instituto. Tenemos que ir a rescatarlo,  así que… prepara los crucifijos…- respondió en tono sarcástico.
-          What? I don´t understand…– preguntó Bryan.
-          No te preocupes, te lo cuento por el camino. Nos vemos en el parque, poco antes de las 12.
Llegó la hora. Se encontraron en el lugar acordado. Se pusieron en marcha. En el camino hacia “el oscuro final”, Raquel puso al día a Bryan de la llamada telefónica de los Illuminati y de quién era Dani.
Por el siniestro pasillo, se dirigían hacia la única zona iluminada, el gimnasio. Los cánticos se repetían y, cuanto más se aproximaban hacia el lugar donde se iba a celebrar el sacrificio, más nerviosos se encontraban.
Cuando llegaron al umbral, se mostró ante ellos una imagen que bien podría estar sacada de las peores de sus pesadillas: Los Illuminati permanecían formando un círculo alrededor de una mesa en la que estaba Dani, acostado.  Junto a ellos, un antiquísimo códice en cuya portada volvían a encontrar el extraño símbolo. Los cánticos no dejaban de sonar e impedían a Raquel pensar: “¿Qué puedo hacer para salvar a Dani? ¿Si lo salvo,  a quién escogeré, a Dani o a Bryan? ¿Por qué me habré venido yo aquí a meterme en este marrón?”
-          Oh my god! - suspiró Raquel.
“¿Y, lo más importante, acabo de hablar y de pensar... in english?”.



IES ALFONSO ESCÁMEZ, ÁGUILAS. 
Grupo del Programa Bilingüe Mixto Inglés-Francés, 2º A. 
Loida Ruiz Rodríguez

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