Capítulo I.3


Por la mañana se fue al aeropuerto para coger el avión que la llevaría a Inglaterra.

Una vez dentro del avión se le acercó una azafata hablándole en inglés y Raquel no entendía nada. 
-       Hello, Would you like any drink?” - preguntó la azafata
-       “Yes, thank you... Yo quiero... eeehhh... water, please”.- Dijo Raquel
-       “OK. Bye.”
-       “Adiós.”
La azafata al darse cuenta de que hablaba en español le dijo, en español, que una niña de su misma edad estaba sentada sola en el avión, que si se quería ir con ella.
-       “Perdona, ¿eres española?”
-       “Sí, por eso no hablo muy bien inglés.”
-       “En el avión hay una niña sentada sola de tu misma edad, ¿te quieres sentar con ella?”
-       “Vale.”
 Raquel aceptó encantada. Cuando Raquel se sentó al lado de la otra niña, se saludaron, pero las dos estaban muy “cortadas”. Al final empezaron a hablar y perdieron la vergüenza. Raquel le contó todo lo que le había pasado. Pasaron varias horas hasta que se tuvieron que despedir porque la niña se tenía que quedar en París. Raquel se quedó sola en el avión, escuchando las canciones de su artista favorita: Lady Gaga y pensando cómo sería Inglaterra y qué iba a hacer allí.
Tras un largo viaje, Raquel llegó a Inglaterra y cuando se bajó del avión la estaba esperando su familia de intercambio. 
Su familia de intercambio, a simple vista, era una familia numerosa que no dominaba el español. Estaba formada por dos niños de 3 y 4 años, dos niñas de 8 y 9 años, una mujer de aproximadamente 40 años que era la madre y un hombre de unos 45 años, que era el padre.
Raquel no podía creer que sus padres la hubiesen mandado de intercambio con una familia inglesa que no supiera hablar español. Su cabeza no paraba de hacerse preguntas…. ¿Quién le iba a dar un vaso de leche cuando tuviera hambre?... ¿Cuánto tiempo aguantaría sin despegar el “pico”? ¿Y cuándo fuera al instituto con quién hablaría? Todo esto y mucho más era lo que pensaba.
La primera impresión de Raquel fue de espanto. Primero porque la madre de los niños, llamada Melani, solamente hablaba inglés y Raquel no entendía nada...Segundo, porque las niñas, Lisa y Susan, no paraban de reírse de ella ya que eran un poco traviesas; y, por último, porque los dos niños pequeños no paraban de llorar. 
Por fin se montó en el coche y se dirigió a la que iba ser su nueva casa. Raquel se quedó impresionada al verla ya que su “nueva casa” era grande y muy lujosa, ella pensó al verla que en parte sus padres no querían lo peor para ella. Pero…. la pregunta que constantemente se hacía era: ¿Podré yo aguantar aquí mucho tiempo? 
Raquel al día siguiente se fue a hablar con el director del instituto al que iba a asistir y le pidió que la volviesen a mandar a su casa, con sus padres. Él director le contestó que eso no se podía acabar “así porque sí”, que ese intercambio tenia una duración de un curso escolar. 
Raquel se quedó muy mal después de esa conversación y decidió que ya que no podía cambiar nada, intentaría disfrutar de los beneficios que podía obtener de su estancia en Inglaterra, en una casa de “ricachones”.
Ese mismo día, Raquel se metió en Facebook y vio que esa noche había un concierto de su cantante favorita: ¡Lady Gaga! 





Sólo estaba a cinco manzanas de su casa y quería ir. La chica se lo comentó a sus padres de intercambio y le dijeron que iban a ir todos, toda la familia. 
Raquel se alegró mucho, cada día le iba gustando más su nueva vida...
Quedaban muy pocas horas para el concierto, y empezó a pensar qué se iba a poner, cómo se iba a peinar, pintar, vestir…

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